Situada en lo alto de la Sierra Madre, en la zona de Palmillas, la Casa Torres busca instaurar un íntimo contacto con el entorno natural en el que se encuentra.
Relativamente abierta hacia la calle, el acceso a la vivienda se da a través de una fuente, de la cual sale un árbol imponente tanto por su tamaño como por su belleza.
Una vez en el pórtico, una gran puerta recibe en forma de mural hecha a base de mármol, madera y acero.
Ya en el interior, el vestíbulo acoge con su mármol Santo Tomas color lila y sus muros de recinto volcánico, pero a la vez da la continuidad visual hacia el resto de la vivienda y el jardín, donde se buscó respetar al máximo el bosque de encinos existente.
La sala, concebida casi como una caja de cristal, brinda suficiente apertura visual como para apreciar simultáneamente la montaña y el jardín, gracias a sus grandes ventanales en las caras norte y sur, mientras que su chimenea nos invita a disfrutar del calor del fuego en ciertas noches que pueden ser muy frías, debido a la altitud del emplazamiento.
Tanto desde el comedor como desde la sala familiar es posible accesar a la azotea, donde una gran terraza nos permite disfrutar unas esplendidas vistas de la Sierra Madre, así como de toda la Zona Metropolitana de Monterrey.
Es así como, poco a poco, la vivienda se nos va revelando en una secuencia de espacios que nos van llevando de las áreas públicas a las áreas íntimas, y hasta la azotea, estando siempre en contacto visual con el bosque.
Proyecto: Casa Torres
Arquitecto: Gilberto L. Rodríguez
Colaboradores: Bernardo Chapa, Tomas Güereña, Joaquin Jenis, Oscar O´Farrill, Felipe Dorado, Diana Guerra
Ubicación: Garza García, Nuevo León
Fotografía: Jorge Taboada
Año Construcción: 2007
Extensión: 552 m2
fuente: arq.com.mx
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